Los niños pudieron
salvarse de la batalla, pero Garfio hirió a Peter traicioneramente. Y lo habría
matado si no hubiera aparecido el cocodrilo que siempre lo perseguía.
Afortunadamente, Peter consiguió salvarse de morir ahogado gracias al ave de
Nunca Jamás, quien le prestó su nido para poder navegar en agradecimiento por
una acción del niño que la había salvado tiempo atrás.
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